El verano es sinónimo, en cuanto a colores se refiere, de optimismo y vitalidad. Los negros, marrones y grises son un poco olvidados para estaciones más frías (aunque hay quien es fiel a ellos) y nos apetece apostar por colores más atrevidos, neones o estampados. Pero el verano es y será siempre sinónimo de colores blancos, ligeros, frescos. El verano es y será siempre para el color blanco (aunque no hay reglas en el mundo de la moda que cada vez apuesta más por este color para los meses más fríos por aquello de que es el color de la nieve) y Olivia Palermo lo sabe y así lo defiende. Así de ideal amanecía ayer por Nueva York y se lanzaba a su habitual paseo con su perrito:
Con vestido-pañuelo blanco impoluto firmado por Alexander Wang, despertaba y se acostaba la socialité, eso si, cambiando los accesorios del día por otros más adecuados para la noche. Así, dejó a un lado las bailarinas y el capazo para ponerse sus taconazos Louboutin, su collar de toque étnico de las tribus Maasai y cartera-sobre de mano firmada por Zara (cómo no!) para asistir a la prèmiere de RED 2.
Perfecta de día y perfecta de noche. Lección de estilo y de reciclaje. Tomamos nota Oli!