Nunca he sido fan incondicional de los champús secos. Es justo empezar este post así, porque la verdad siempre debe ir por delante. Pero con el tiempo he llegado a comprender el porqué de su existencia.
Soy muy especial para los productos capilares. Maniática, mejor dicho. Sí, sigo sincerándome. En parte, imagino, porque tengo un pelo rebelde. Ni liso, ni rizado. Estufado si lo dejo al aire, libre y sin ningún tipo de cuidado, por lo que es cierto que siempre ando buscando productos milagro que consigan domarlo y al mismo tiempo cuidarlo. Y me cuesta encontrarlos. No engaño.
Pero como decía al principio, aunque el champú seco y yo no vayamos a vivir un idilio, creo, a día de hoy que es necesario contar con uno en el botiquín de cuidados capilares, sobre todo en verano que sudamos más, y la razón principal es porque me ayuda en mi lucha semanal de intentar alargar los lavados. Y es que ya solo me faltaba dañar mi cuero cabelludo para terminar de obsesionarme.
Sí, hay estudios científicos que indican que lavarse el pelo a diario puede llegar a dañar el cuero cabelludo. Y no queremos eso. Pero para las que tenemos la raíz grasa, evitar ese lavado diario no nos soluciona la papeleta, estéticamente hablando. A no ser que día sí, día no, no salga de casa o si lo haga, sea con gorra, gorro, pamela, visera, turbante oversize o cualquier sucedáneo.
Ummm, visto así, tampoco sería mala solución. Pero necesito más alternativas. Y una de ellas, definitivamente, es el uso del champú seco. Pero no cualquiera, que ya que me pongo, mejor elegir el más valorado en UK, el número uno en España: el icónico champú seco de Batiste.
Champú Seco de Batiste Edición Limitada Love is Love
Hace un par de semanas recibí la edición limitada Love is Love, que la firma ha creado con motivo de los festejos correspondientes al Orgullo Virtual 2020. Y oye, si además de hacerme los días de no-lavado capilar más llevaderos, encima tiene un trasfondo solidario, mejor que mejor.
Hago un inciso en el camino para presentaros oficialmente esta nueva cuenta que he abierto en instagram: @silmarinanorefinada. En ella tengo la intención de compartir con vosotras toda mi sabiduría en materia de belleza que no es otra que la del interés por la cosmética diferente y las reseñas de los productos que pruebo.
Volviendo al champú seco de Batiste, lo primero que tengo que destacar de él es su aroma con notas florales y frutales. Un cóctel compuesto por cítricos, frambuesa, jazmín, rosa, ámbar amarillo, sándalo y vainilla, que dejan un aroma exquisito en el cabello. Punto extra a su favor.
El método de uso no puede ser más sencillo. Tan solo hay que agitar bien el producto y espolvorear por todo el pelo, haciendo hincapié en la raíz o lo que viene a ser lo mismo, el cuero cabelludo.
Antes de masajear con los dedos toda la cabeza, podrás comprobar si te sientan bien las canas, ya que el champú seco deja un resto de polvillo blanco (como si fueran polvos talco) que rápidamente absorbe el cuero cabelludo al masajearlo con la yema de los dedos. Ese masaje puede durar todo lo que quieras, pero realmente en unos segundos el polvillo desaparece.
En definitiva, el día después del lavado, lo salvo con el uso del champú seco, aunque como es obvio, el brillo y luminosidad del pelo recién lavado no es el mismo, precisamente por eso, porque se tiende a pensar que el champú seco es un sustituto del champú y NO. Error. Pero el pelo no se queda apelmazado, uno de mis grandes miedos, incluso adquiere un poco de volumen, algo que es de agradecer ya que ayuda a mantener el aspecto limpio del cabello. Y la grasa del cuero cabelludo desaparece.
En conclusión, el champú seco se ha vuelto un indispensable en mi neceser, sobre todo para alargar los comentados tiempos entre lavados. El Love is Love de Batiste me parece una buena opción de cara al verano ya que deja un aroma refrescante y ligero. Además, acaba con la grasa, no apelmaza, aporta volumen al cuero cabelludo y se aplica en un visto y no visto. Definitivamente, lo meto en mi maleta estival.