Como dice la canción: «Wake me up when September ends«, y aunque su significado original no era el que le damos ahora, lo cierto es que la canción de Green Day es la banda sonora de la vuelta al trabajo y del síndrome post vacacional por excelencia (apuesto a que será Trending Topic en Twitter el día 1).
Se acaba el verano. Se acaban las vacaciones. Empieza el cole. Volvemos al trabajo. Nos vamos acostumbrando poco a poco (o de tirón, si no hay más remedio) a la rutina, y aunque nosotros estemos de cuerpo presente, nuestra mente aun sigue en la playa, las noches de verano, los aperitivos en el chiringuito… en cualquier parte, menos donde tiene que estar.
También es verdad que unos lo llevamos mejor que otros, en mi caso, me suele gustar septiembre. Para mí es como el inicio de la verdadera nueva temporada, cuando me planteo nuevos retos profesionales para crecer laboralmente y como persona. Además, septiembre es el mes en el que empieza el otoño y aunque en la realidad las temperaturas sigan siendo estivales, en este mes se acerca el invierno de manera oficial.
Y es que, como ya he comentado por Instagram, yo soy más de frío que de calor, pero como a cualquier hijo de vecino, volver a la rutina también me cuesta lo mío, de hecho, suelo necesitar una semana de «entrenamiento» para que el golpe de realidad no me resulte tan contundente. Así que en esas estoy esta semana. Bueno, mejor dicho, en esas estoy desde hoy (los lunes ya son demasiado duros como para deprimirlos más).
En definitiva, a donde quería llegar, os cuento por puntos lo que estoy haciendo o, al menos, intentando para que la vuelta al trabajo y a la rutina sea más llevadera.
Retomando horarios para la vuelta al trabajo
En vacaciones me levantaba sobre las 1o de la mañana cada día y no me acostaba antes de la 1 de la madrugada. Mi rutina mañanera era levantarme, desayunar, ponerme el bañador, untarme de crema solar e ir a la playa. No era mal plan, ¿verdad?
Esta semana, sin embargo, me estoy poniendo el despertador a las 8 de la mañana (aunque me hago un poco la remolona en la cama – es justo contarlo – pero al menos el ojo ya lo voy abriendo en una hora más cercana a lo que será mi horario habitual). Y también estoy tratando de irme más pronto a la cama por las noches.
No es un gran cambio… o sí, pero aunque durante las horas del día que estoy levantada aun sigo en modo vacacional… o más relajado… o a medio gas… al menos mi cuerpo ya está empezando a tomar conciencia de lo que serán mis horas de inicio y fin en breve.
En modo Marie Kondo para la vuelta al cole
Los niños empiezan el cole el 10 de septiembre por lo que aun les quedan días de verano, pero tienen que tener tanto la mochila como su armario a punto para cuando llegue el día D.
En estos días estoy leyendo muchos artículos sobre lo que nos cuesta la vuelta al cole de cada hijo. Es curioso porque no hay ni un solo artículo que coincida en datos y eso que se supone que todos son contrastados, pero bueno, fuentes fiables a un lado, sí es cierto que la vuelta al cole sigue siendo cara, aunque tus hijos vayan al colegio público y aunque puedas aprovecharte de la ayuda de los préstamos de libros, que oye, menos mal que existen porque, en mi caso, me he ahorrado 150€.
Pero a lo que iba. En mi caso, el tema libros de texto ya lo miré en julio, mas que nada porque las ayudas salen a principios de este mes y, ya que las tienes, cuanto antes las uses, antes recibes los libros y antes das por terminado este tema.
En cuanto al resto del material escolar, no soy nada partidaria de renovar todo. Hay niños que estrenan mochila todos los inicios de curso, y no me parece mal, pero al menos en mi caso sé que no es necesario. Es cierto que la del año pasado la tienen un poco destrozada, pero hasta que no vea bien qué es lo que van a tener que llevar habitualmente, no les voy a comprar otra. El curso pasado, por ejemplo, le compré una a mi hijo mayor que al final resultó ser un poco pequeña ( pues no le cabía bien una carpeta que todos los días traía con los deberes y trabajos del día).
El libro de Marie Kondo: La Magia del Orden lo tienes disponible en formato papel y kindle en este enlace de Amazon.
Con la ropa me pasa parecido pero además, tengo un añadido. Os cuento: Me estoy leyendo el libro de Marie Kondo: La Magia del Orden. Seguro que ya os lo habéis leído o habéis oído hablar de él. ¡Es famosísimo! Y aunque aun no me lo he terminado y aun no me he puesto en marcha, ya os adelanto que las horas del día en las que estoy en pie las estoy dedicando, en gran parte, a poner orden en nuestros armarios. Es una tarea pesada pero necesaria ya que solo de esta manera podré saber qué ropa tengo y qué ropa necesito comprar. Septiembre es un mes de gastos, por eso todo lo que podamos ahorrar o, al menos, dejar para otro mes, bienvenido será.
Agenda al día
Me dedico al social media por lo que podréis imaginar que mi tarea indispensable es la de hacer calendarios, para tener en cuenta todas las fechas clave de las cuentas que llevo y poder preparar así el plan de contenidos. Por ejemplo, los meses venideros vienen cargados de eventos y de fechas importantes a las que me puedo adelantar. Sobre todo porque si puedo cubrir esa parte que veo venir de lejos, puedo ocupar el día a día a estar con ojo avizor en toda red social existente para no perderme nada, pero como os digo la gran mayoría del contenido se puede programar con antelación.
Por variedad de agendas en el mercado no será, pero yo he tenido un flechazo con esta de Charuca que está a la venta en este enlace.
Así que la vuelta al trabajo a medio gas que os comentaba antes se basa en revisar el último cuatrimestre del año, marcar fechas, hacer brainstorming conmigo misma sobre los contenidos que tengo que crear y anotarlo todo.
Independientemente del trabajo que tenga cada uno, creo que el simple hecho de poner la agenda al día es importante para cualquier persona. En mi caso es indispensable, pero una agenda bien organizada facilita mucho las tareas del día a día y te ayuda a organizarte mejor.
Retomando propósitos de año nuevo
Lo que decía al principio del post, septiembre es como la segunda oportunidad que tenemos al año de convertir en realidad nuestros propósitos. Si en enero no ha funcionado, ahora es el momento de retomarlo todo. Si en enero hemos cumplido los propósitos que nos marcamos, ahora es el momento de seguir avanzando.
Este mes de agosto, por diversos motivos que no vienen al caso, he abierto los ojos sobre un hecho: tengo que perfeccionar mi inglés. Sin ir más lejos, he estado revisando las ofertas de empleo que hay y en casi todas (o al menos las que más me interesan a mí) piden un nivel de inglés C1. Yo tengo hasta 4º de la Escuela Oficial de Idiomas, por lo que mi nivel es medio/avanzado, pero quizás es el momento de volver a retomar los estudios. El saber no ocupa lugar y si es para idiomas siempre hay sitio en mi cabeza.
El caso es que, como decía en el punto anterior, llevar una agenda actualizada y perfectamente organizada, me sirve también para saber qué horas tengo libres para poder dedicarlas a mis propósitos de nueva temporada. Por ejemplo, también puedo saber qué tiempo me queda para hacer algo de deporte (mi gran asignatura pendiente).
Este verano mi marido me regaló una pulsera de actividad que, además de decirte la hora, te cuenta los pasos que das al día, las calorías que quemas, las pulsaciones y la distancia que recorres. Pensaba que me cansaría pronto de ella y resulta que se ha convertido en mi juguetito del verano. Además, la OMS recomienda andar una media de 8000 pasos al día para llevar una vida saludable y no os voy a decir lo que andaba antes de tener este gadget porque me da vergüenza.
La que yo tengo es la Xiaomi Mi Band 2 y la podéis comprar haciendo click aquí.
Pero el pasado pasado está. Ahora intento todos los días superar el reto, con lo que ya voy llegando al 5 raspadito en educación física. Además la misma pulsera me da un toque cuando llevo demasiado tiempo sentada y me hace un estudio de la calidad de mi sueño, y es algo que me obsesiona mucho últimamente ya que dormir bien es uno de los tres pilares fundamentales de la buena salud (junto con el ejercicio diario y la alimentación).
¿Vosotrxs también os plantéis nuevos propósitos en septiembre?
Planificando escapadas a corto plazo
Como decía al principio de este post, a veces aunque estés de cuerpo presente, tu mente sigue en modo vacacional y eso es algo que puede pasar con suma facilidad en septiembre, después de las vacaciones largas del verano. Entre otras cosas, tu mente puede que se haya quedado en tu destino de vacaciones o que esté pensando ya en las del año que viene.
Sin ir más lejos, hace unos días mi marido y yo hablábamos de las vacaciones del verano que viene. Cosas como a dónde nos gustaría ir, qué nos gustaría hacer y cuánto tiempo querríamos estar… incluso estuvimos revisando precios, pero ahora estoy pensando que aunque está bien planificar con tiempo, todavía falta un año para eso y para no entrar en modo total de síndrome post vacacional, además de intentar seguir haciendo planes, en la medida de lo posible, parecidos a los que estamos haciendo ahora, me he puesto a hacer listas de escapadas que podemos hacer a corto plazo, en fines de semana o puentes cortitos.
Creo que pensar a corto plazo estimula más que pensar a un año vista, porque lo ves más cercano, más asequible, más real… y de sobra sabemos lo bien que vienen esas desconexiones de fin de semana. Nosotros para empezar, ya tenemos programada una escapada a Madrid en septiembre y un miniviaje a Cuenca en noviembre (me falta por concretar octubre ummm, pero algo haremos porque es nuestro aniversario de bodas y cumplimos ¡¡10 años!! de casados).
Y de momento, esto es todo. ¿Se os ocurre alguna cosita más que me pueda ayudar a hacer más llevadera la operación Vuelta al Trabajo – Vuelta a la Rutina?