Un parque y una calle que no te puedes perder de Madrid

parque el capricho madrid otoño 2018

Decía mi querida Coton et Lavande que «la primera semana de la vuelta al cole no cuenta, es solo un simulacro«. La juerga de verdad comienza a partir de la segunda semana, y con ella poco a poco se nos van a ir acabando las excusas de los (des)propósitos (no) cumplidos, por segunda vez en un año. Y no puedo estar más de acuerdo. Este domingo será el primer día oficial del otoño 2018 y ya podremos entonar aquella famosa canción de «el final del verano, llegó!» porque sí, ahora ya es verdad de manera oficial (además ya ha empezado OT 2018). Así que a otra cosa, mariposa. (Madre mía, como se nota que con quién más hablo a lo largo del día es con un niño de 7 años y con otro de 3).

Septiembre (bueno, la parte del mes que ya ha pasado), se ha portado medianamente bien con nosotros, básicamente, porque para mí, toda semana que incluya un viaje escapada me sirve de compensación ante todo el estrés, descontrol, prisas, carreras, primeras veces y agobios que, por otro lado, hemos tenido que sufrir. Y bueno, mi blog lo utilizo solo para hablar de cosas bonitas, así que los estreses los dejo a un lado y me voy a centrar en el lado bonito de las cosas.

Escapada a Madrid Otoño 2018

Como os dije en el post de la vuelta al cole, en septiembre teníamos programada una escapada a Madrid, y la misma tuvo lugar el fin de semana pasado. Madrid es siempre una buena idea porque por mucho que vayas siempre descubres algo nuevo. No os voy a contar con pelos y señales nuestra escapada porque, entiendo que, no interesan, pero sí quería mencionar mis dos recientes descubrimientos.

Desde el debut de Josep Font en Delpozo tenía pendiente una visita al Parque de El Capricho, un maravilloso lugar que recibe su nombre por un caprichito que tuvo la Duquesa de Osuna, allá por el siglo XIX. Pues bien, conocí al existencia de este sitio cuando Josep Font lo eligió para presentar su colección debut para Delpozo en el año 2013, pero no lo había visitado todavía porque está bastante apartado del centro y, a pesar de que tiene parada de metro propia, nunca me había venido de paso.

Pero, en esta ocasión, los astros se alinearon, básicamente porque tardé tanto en reservar el hotel que solo encontré uno que estaba en esa zona. (Por cierto, os dejo por aquí un descuento del 10% en booking para vuestras futuras reservas). Y menos mal que la galaxia se puso de mi parte porque ahora que lo he descubierto solo os voy a decir una cosa: ¡tenéis que visitarlo YA!

Algunas nos compramos ropa por capricho. No es el caso de la Duquesa de Osuna

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Decir que es maravilloso es quedarse corto. La verdad es que hay que visitarlo porque no hay nada como disfrutarlo en primera persona y sentirlo, a veces las palabras no son suficientes. Nosotros fuimos domingo por la mañana con el parque recién abierto (abren a las 9 de la mañana) y estábamos literalmente solos, nosotros y la naturaleza (y el personal del parque), y eso, tratándose de Madrid es un auténtico lujazo (porque madre mía cómo está el centro de imposible, parece un parque temático).

Redescubriendo el Barrio de las Letras

Otra de las cosas que nos apetecía hacer era visitar galerías de arte. Nosotros somos muy de eso, sobre todo cuando no vamos con niños, que no lo había mencionado pero, sí, lo nuestro fue una de esas escapadas de pareja tan necesarias cada cierto tiempo.

En Madrid hay mucha variedad pero esta vez fuimos a una calle en concreto, la C/ Dr Fourquet (en Lavapiés), que se está convirtiendo en la calle del arte por excelencia. Además, ese fin de semana coincidía con el Madrid Gallery Weekend, que es una especie de evento en el que se programan visitas guiadas a estas galerías. A nosotros, las de esta calle en concreto, nos encantan porque son pequeñitas, se ven rápido y son muy transgresoras. La obra que se suele ver es bastante original aunque sí, también es bastante inaccesible, al menos para mi bolsillo.

galerias de arte lavapies madrid gallery weekend

Pero lo bonito de los viajes es cuando vas buscando una cosa y, por pura casualidad, te encuentras otra aun mejor. Me explico: Tras visitar la calle de las galerías al completo en la que calculo que habría como unas 15 galerías de arte, acabamos, por casualidad, en la C/ San Pedro (ya en pleno corazón del Barrio de las Letras). Y bueno, solo os diré que mi calle favorita de Madrid, hasta el fin de semana pasado, era la C/Pelayo (en Chueca), pero ahora San Pedro me ha robado el corazón.

Esta pequeñita pero céntrica calle guarda, ella solita, una variedad de comercios locales a cada cual más original. En terreno gastronómico llama la atención el elegante restaurante Ganz, cuyo interior ha servido como localización para los shootings de muchas revistas. También está Tinto y Tapas, un bar pequeñito con mucho encanto cuyo nombre incluye dos palabras clave que lo dicen todo, ¿verdad? La guinda del pastel, nunca mejor dicho, está en Motteau, una tiendecita especializada en repostería de autor. Y para rematar el paladar, está Bodegas Trigo, de la que dicen que guarda la mejor selección de vinos y locales de la capital. En definitiva, lo que es con hambre no os vais a quedar si decidís pasear por esta calle.

En territorio papel, en esta calle, hay una tienda, Dibbuks, que a su vez es editorial especializada en comics y libros para niños (por algo estamos en el barrio de las letras). También hay hueco para la música, con una guitarrería y, atención, una tienda de arpas. ¿A ver qué calle puede presumir de tener una tienda de arpas? No se puede ser más original.

En terreno decorativo, destaca El Mosaista, una tienda especializada en diseño y fabricación de baldosas hidraúlicas que es para morir de amor, y Bureau Mad Ceramics, una tienda-taller de cerámica artesana, bonitísima no, lo siguiente.

Y para rematar la variedad de negocios, también está Mazzarias, una tienda especializada en motos clásicas y ropa motera. Yo de motos no entiendo mucho, pero a juzgar por el tiempo que mi marido se quedó pegado al cristal del escaparate, os puedo decir que, seguramente, ha sido un buen descubrimiento.

En resumen, si algún día emigramos a Madrid y queda algún local libre en esta calle, ya sabéis dónde podréis encontrarnos (soñar es gratis). Si es que tiene que ser un auténtico placer trabajar cerca de negocios tan auténticos y creativos, ¿no os parece?

Para que veais un poco la esencia de estos encantadores negocios, os dejo fotos que he sacado de sus cuentas de facebook y algunas hechas por mí. Estoy segura de que os van a entrar unas ganas locas de hacerles una visita a todas.

¿Quién se apunta a una escapada a Madrid este otoño 2018?

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